LA CIUDAD DE LOS EMPAREDADOS VIVOS
Errática sigue a cargo
Enterrado hasta el cuello de basura, Poeta intentaba asir el Mapa, porque sabía que era la única esperanza de salir de la ciudad: sin ella se perderían sin esperanza (a pesar de las predicciones de Lulo, quien parecía a gusto). De repente se oyó un largo flato en el aire, seguido de un cuchicheo como una risita; eran Rancia y Errática, agarradas del brazo y bamboleándose como un bote en alta mar, irremisiblemente ebrias.