mi propio tarro de basura

Friday, February 16, 2007

LA CIUDAD DE LOS EMPAREDADOS VIVOS

Errática sigue a cargo

Enterrado hasta el cuello de basura, Poeta intentaba asir el Mapa, porque sabía que era la única esperanza de salir de la ciudad: sin ella se perderían sin esperanza (a pesar de las predicciones de Lulo, quien parecía a gusto). De repente se oyó un largo flato en el aire, seguido de un cuchicheo como una risita; eran Rancia y Errática, agarradas del brazo y bamboleándose como un bote en alta mar, irremisiblemente ebrias.

VÁTER CLAN

La centrífuga

Lulo, convencido de las erróneas mediciones de Poeta, continuó arrastrándose a gachas por La Tubería, pensando cuán equivocados estaban los demás al doblar en El Drenaje. Por otra parte, Rancia meditaba la ruta sentada en el borde de la taza, mientras lanzaba un límpido pedo. “Lo tengo, bajaremos por la Ciudad de los Emparedados vivos”, sentenció. Caminaron, se arrastraron, subieron y bajaron, doblaron, y por fin, cuando creyeron encontrar el váter adecuado, vieron que Lulo levantaba la tapa.

alcuernoelcuento

El relato breve es un desafío a la imaginación, esa nación de imágenes tan tragona a veces, que trastorna el sentido de lo que es real y lo que es fantástico (aunque la fantasía constituye una realidad en sí misma), obligando a nuestro cerebro a trabajar en y con términos muchas veces desconocidos, y revalorando las palabras por su antonomasia además de su valor estético y fonético; es decir, tenemos que aprender a cocinar lo que leemos, dándole el sentido –sea este el intencional o no-, a sazonar cada frase con nuestro dominio lingüístico, jugando a ser crítico y gourmet valiéndonos del mejor chef virtual: la interpretación.