MI VECINA DE MARTES
Las mujeres no son de Venus
Todos los días son martes. No hay siquiera un miércoles, para marcar la mitad de la semana, o un viernes, anunciando la venida de un final, o un lunes, para decir “aquí estoy, comienza tu rutina”, nada, ¡ni siquiera un maldito lunes!, no, todos los días son martes. Y lo que es peor, nadie se da cuenta, o eso creía yo, hasta que capté la mirada de mi vecina ese día, el que no sé si fue ayer o mañana, y que nos pusimos de acuerdo y caminamos juntos atravesando la calle o el río, no recuerdo, con la cabeza agachada y sin cruzarnos palabra, tan sólo nos dimos una mirada furtiva, y sin embargo, tan decidora.
1 Comments:
Oye, me acrodé del story board que hicimos para este cuento.
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